viernes, 19 de julio de 2013

“LA LUCHA” de Manuel

“LA LUCHA” de Manuel

Y Don Manuel, súbitamente rejuvenecido, aunque ya en sus setenta, decidió volver al periodismo de combate. Publicando semiclandestinamente La Lucha. No salió sino un número, y eso, a medias. Fue implacablemente requisado por la policía, que allanó la Imprenta Prince. Con el texto de los números 2 y 3 que no llegaron a aparecer, porque no hubo imprenta que se atreviese, formó Prada el libro Bajo el oprobio. Quedó inédito.

Más, ¿cuál era el explosivo contenido de La Lucha? Poseo un ejemplar marchito del único número que apareció, fechado el 12 de junio de 1914• El. Editorial de La Lucha, sobre la firma de don Manuel, principia así:

"Dos palabras.-Venimos a luchar por los derechos del ciudadano frente a las iniquidades de la soldadesca, por los fueros, del racional contra las embestidas del bruto... Encararse a tiranuelos de ópera bufa, valerse de todos los medios posibles para la ignominia de un régimen africano, es hoy el deber ineludible de los que no han perdido la dignidad ni la vergüenza".



"Cada lugar y cada situación requieren su lenguaje: en el salón no se habla como en la calle, ni en las horas de calma y normalidad como en víspera de las grandes conmociones populares".

En virtud de lo dicho, el lenguaje de Bajo el oprobio, escrito en 1914, cuando su autor imaginaba que había llegado el momento de las "grandes conmociones", trata de ser tan áspero y seco como los hechos a. que se refiere. Sin proponérselo, Don Manuel practica un realismo combativo. Ya en las "Palabras liminares" (título extraído de lejana, lectura de Rubén Darío) afirma con gráfica dureza:


"Para un cuartelazo basta un quídam con sable y osadía; para una revolución se


necesita algo más. Sólo el limpio de infidencias y prevaricaciones ofrece garantía de operar una transformación social o un simple saneamiento político. Para desinfectar 

se necesita estar desinfectado, que no inspira mucha confianza un cirujano de uñas negras. A quien surja, pues, con ínfulas de regenerador, no le pidamos la exhibición de. un programa, sino la exhibición de sus manos". 




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