"Las mujeres son cada vez menos
naturales y poco les falta para llegar al colmo del artificio, aunque de hecho
muchas ya han llegado al súmmum o como antes se decía a la internerata de la artificialidad. (…) Además, están con la obsesión
de la eterna juventud; no quieren envejecer, pero como el Sistema o Establishment les exige que entren a
tallar muy jovencitas (…) entonces la púber o púbera comienza a marchitarse
pronto y antes de que cumpla los veinte los hombres la cambian por dos de diez."
(EL COMERCIO, LUNES 14 DE OCTUBRE DEL 2013)